La Homeopatía es una forma de medicina con claras indicaciones en su prescripción, en casos de enfermos a los que se ha podido determinar la mayor semejanza de su enfermedad natural con aquella artificial que se experimentó en individuos sanos.
La Homeopatía fina requiere de la toma del caso mediante una anamnesis o interrogatorio directo, además de la observación minuciosa del paciente. A atreves de esto se toman los síntomas más relevantes del motivo de la consulta, además de síntomas específicos que el médico Homeópata deberá recuperar y anotar en la historia clínica. Luego esos síntomas se clasifican en locales, generales y mentales (si concurriera la necesidad de hacerlo) y puestos en orden de importancia asignarles el valor que textos tradicionales nos ayudan en la pesquisa de la sustancia más adecuada para dicho paciente.
Pero no es suficiente con esto, pues a continuación se debe cotejar dicha sustancia, aquellas de primer orden, con textos específicos que describen las características particulares de ellas y observa la mejor y mayor semejanza con la dolencia del paciente consultante.
Luego se determina cual será la “potencia del medicamento” a utilizar y la frecuencia de ella.
Experiencias clínicas en animales y en pediatría descartan el efecto placebo que se le ha atribuido a la homeopatía.
La Medicina Homeopática se emplea con gran éxito en diversos países del mundo y aunque en Chile no se ha masificado, es una de las Medicinas Complementarias que reciben acreditación del Ministerio de Salud para ser realizadas por médicos y terapeutas capacitados.
Su campo de acción abarca desde niños a ancianos en un gran número de afecciones, incluso en las consideradas intratables por la medicina oficial. El resultado suele ser muy satisfactorio cuando se ha aplicado en base s sus los principios fundamentales y las técnicas de individualización y prescripción adecuadas.